Hace seis años nosotras nos preguntábamos ¿Qué queremos lograr con la formación de la cooperativa? no era solo formar una cooperativa, queríamos lograr un impacto positivo y transformador socialmente, aunque fuera un granito de arena. Hoy nos damos cuenta que sí se pueden lograr cambios y estamos orgullosas de ello.
La empatía, esa capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus sentimientos, es una herramienta fundamental para fomentar la colectivización de los cuidados. Al reconocer las necesidades y experiencias de los demás, podemos construir sociedades más solidarias y equitativas, donde el cuidado sea una responsabilidad compartida.
Creemos que la empatía nos permite impulsar la colectivización de los cuidados, donde todos y todas somos una pieza del puzle importante. Los estados deben de garantizar leyes que protejan a las personas vulnerables, pero esas leyes deben de implementarse con recursos que garanticen su verdadera acción.
• Reconocimiento de las cargas desiguales: La empatía nos permite visibilizar las cargas desproporcionadas que recaen sobre ciertos grupos sociales, como las mujeres, personas mayores o personas con discapacidad. Al comprender estas desigualdades, podemos trabajar activamente para redistribuir las tareas de cuidado. Sería como una red donde cada punto de encuentro sea un camino a recorrer, donde todas y todos colaboremos.
• Desafío de estereotipos de género: La empatía nos ayuda a desafiar los estereotipos de género que asocian el cuidado con las mujeres. Al reconocer que el cuidado es una responsabilidad humana, podemos fomentar la participación de todos los miembros de la sociedad en estas tareas. Todas las personas en algún momento de la vida necesitamos cuidados por lo tanto a todos nos corresponde aportar en el proceso.
• Fortalecimiento de las relaciones comunitarias: En la cooperativa la Comala hemos vivido de cerca la solidaridad y el aporte desde otras cooperativa y personas particulares que creen en los cuidados colectivos. La empatía fomenta la construcción de relaciones basadas en la confianza y el apoyo mutuo. Al sentirnos conectados con los demás, somos más propensos a colaborar en la provisión de cuidados.
• Promoción de políticas públicas inclusivas: La empatía nos impulsa a abogar por políticas públicas que garanticen el acceso a servicios de cuidado de calidad para todas las personas. Al comprender las necesidades de los más vulnerables, podemos exigir cambios que mejoren sus vidas. Es una lucha constante pero los cuidados deben de estar en el centro.
En resumen, la empatía es un elemento clave para construir sociedades más justas y equitativas, donde el cuidado sea una responsabilidad compartida. Al cultivar la empatía, podemos transformar la forma en que entendemos y practicamos los cuidados, creando comunidades más solidarias y resilientes.
