LA COMALA ¿Qué es?
“Erase una vez un grupo de brujitas que llegaron de muchas partes, eran brujas migrantes. Llegaron de Nicaragua, de El Salvador, de Honduras, de Colombia, de Uruguay… ellas habían visto cosas agradables y no tanto en su larga travesía y sabían que el mundo atravesaba por un momento en donde las manos de todas eran necesarias.
Así que empezaron a andar juntas, a ir a manifestaciones, a concentraciones, a hacer autocuidado en la casa de todas, a reivindicar un mundo mejor. No solo había nacionalidades diferentes y vidas diferentes, sino edades diferentes, y formaciones diferentes. Nos dimos cuenta que aquí, las brujas migrantes no eran tan bien valoradas y menos si tenías edades que sobrepasaban la edad laboral, ya sabéis las brujas tenemos todas más de quinientos años, o que me dices de las que además tienen brujitos y brujitas a las que cuidar, o aquellas que además tiene formación profesional no reconocida, estas son las peores…así que quisimos transformar esa fuerza reivindicativa que hacíamos ad honorem, gratis o llámese activismo, en una cooperativa de trabajo, pero teníamos que camuflarnos y no podíamos decir que éramos brujas migrantes, así que decidimos llamarnos La Comala, ya sabéis, esa plancha de barro que usaban nuestros ancestros para elaborar las tortillas de maíz.
Desde esa idea hasta ahora, nos han acompañado en este camino otras brujas, camufladas en una cooperativa llamada Abierto Hasta el Amanecer, que con su experiencia nos ha enseñado y guiado hasta llegar aquí, pasamos por formación, por elaborar estatutos, por constituirnos y hasta iniciar nuestra actividad.
En un principio quisimos locamente hacer catering con nuestras escobas voladoras, pero ya sabéis que sanidad es muy estricta y desistimos, después comenzamos con el trabajo de los cuidados, con dos empresas y ahora con dos personas particulares que no les molesta el tufo a brujas que despedimos.
Debemos reconocer que el cuento de brujas no ha sido fácil, que hemos tenido alguna debilidad como en la toma de decisiones, en la planificación, y sobre todo en tener claridad entre los límites reales y los que como brujas aspiramos, no es fácil ser brujas migrantes, pero tenemos un reto por delante que es vencer a la precariedad y la exclusión, nuestro objetivo es que reconozcan todas las capacidades que tenemos para que nuestra comunidad se desarrolle y nos enriquezcamos mutuamente, por ejemplo en el ámbito socioeducativo, de mujer y género.
Y esta es la historia de las brujas migrantes y La Comala, en definitiva, es ponerle valor al trabajo que hemos venido realizando.
Ana Moreria, Fundadora de la cooperativa La Comala.